miércoles, 3 de noviembre de 2010

32

Los músicos ya se habían retirado del lugar. Yo lo quedé mirando un rato. Se hacía el lindo con la chica de trenzas. ¡claro! Después de tan sólo preguntarme si me había gustado la cantante ¿¡qué no era obvio!? La había estado mirando todo el rato, además, pareció una eternidad para que me hablase. Ya todos nos despedíamos en la puerta del bar. Él me miró de reojo. Quizás le doy miedo.

2 comentarios:

Gael D'agostino dijo...

Y... si andás analizando cada uno de sus movimientos...

La gente se acerca a los indiferentes. Es así.

Bleh.

Cha dijo...

La gente se acerca a cualquier cosa porque es curiosa. Lo malo es que a veces esa curiosidad queda en eso, la intriga por saber qué hay allí, pero no pasa de eso. Sino, moveríamos montañas.

Publicar un comentario