viernes, 19 de noviembre de 2010

87

(riendo en un bar)

Él la mira con una sorinsa mientras ella comía del primer bocado que llevaba a sus labios.

-Me parece genial que me mandes cosas tan ...
-¿calientes?
-Iba a decir sexy...
-¡ah! ¡claro!
-Sí, o sea, yo te mando cosas que sé, te gustan... y tú... tú me mandas estos juguestes sexuales -hace una pausa- creo que debería mandarte más cosas así.
-Pedro, te diré un secreto, ven -le hace un gesto con la mano- los gestos dulces calientan a las mujeres... ¿sabes por qué las mujeres 'perdonan' a los hombres cuando éstos son infieles?

Pedro la queda mirando un momento. Los labios de ella nunca habían estado tan cerca de los de él en una conversación. Sólo sucedía cuando tenían sexo.
-¿no? Yo te lo digo ahora que lleguen los tragos...

El mesero se acerca con un martini de manzana y uno de limón. "Gracias" dicen al unísono.

-El hombre después de pedir perdón y ver que la mujer no lo perdona ¿qué hace? Llora. Eso nos calienta...es algo así como un instinto compasivo que tenemos, como si fuesen unos bebés llorando y lo único que queremos es consolarlos, ¿cómo se consuela a un hombre?-es interrumpida.
-Con sexo...
-Listo... Si tienes gestos dulces, me calentarás más seguido.
-Entonces, ¿tendré ahora que ser más atento? -bromea-.
-Si quieres...
-¡mierda!- dice riendo y simulando estar molesto- ahora tendré que fijarme en qué cosas quieres...
-no, no tienes que hacerlo, simplemente lo haremos cuando yo esté caliente...
-pero yo quiero que te calientes más seguido...
-¡entoces, cállate y sé dulce!

Las carcajdas fueron soltadas y el brillo en sus ojos se mantuvo hasta que la comida acabó.

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